Por Abraham Ramírez
Dicen que la vida es sueño
que la luz y la esperanza son canciones
que las manos se marchitan por vivir pasiones
y que todo es cuento.
Dicen que jamás debí quererte
que la risa que florece en mi interior es mala
pero tú fuiste llovizna que mojó mi huerto
muerto
desde aquella primavera en llamas.
Dicen que la soledad sería más santa
pero no comprenden que me quiebra el viento
lento
y que el tiempo pasa
convirtiendo todo lo que fui en palabras
que nadie escuchaba
que nadie entendía
hasta que llegaste un día
y miraste mi alma.
Dicen y predican,
pero yo decido revivir contigo
y encender las luces y esperar contento
el tiempo
en que sólo escuche tus tiernas palabras.