noviembre 28, 2011

Los días que pasé del otro lado (canción No.3)

Por Abraham Ramírez


Canción 3
Onomástico.




     Mañana cumpliré un año más.  Dice mi mamá que me hará un fiesta.  Yo no quiero.  Siempre invita a un montón de gente que ni conozco y que me ignora.  Yo tendré que hacer un sin fin de cosas para que todos los invitados estén bien atendidos; todos menos yo.  Me gustaría, que por sólo una vez, vinieran sólo las personas que yo quiero:  Mi abuelita Eugenia, mis primos Beatriz y Victor; y mi único amigo hasta ahora, el de la otra escuela, la que sí me gustaba.

     Sólo estuve allí un año, pero desde el primer día Carlos y yo nos caímos bien, hubo química.  A la semana ya jugábamos juntos y platicábamos en el recreo de nuestras caricaturas favoritas y de los autos más padres.  Congeniábamos en todo, salvo en la niña que me gustaba.  Él decía que Dulce era, más bien, chistosa y feíta; y para mí era una lindura.  Sus ojitos eran tan grandotes; y su boquita colorada me hacía alelarme, pausarme, trabarme.  Nunca pude dirigirle la palabra. Pensándolo bien, me gustaría que ella viniera también.  A ver si ahora sí me atrevía a hablarle, con ella sí estaría contento; me la pasaría genial... En fin, mañana será otro día y voy a tener que chutarme la dichosa fiestecita.  Me dormiré con el gorrito cumpleañero puesto para irme acostumbrando a la idea.  Ni el gorro parece para una fiesta infantil, no tiene superhéroes ni cosa parecida, más bien parece una publicidad de algún detergente.  Este simbolito que tiene en el frente, como de una flor o una estrella gorda y redonda no me gusta, pero en fin, completa todo el paquete de mi fiesta no deseada.  Hasta mañana tele, grúa, autos, amigos playmobil y hombre volador.



     El sol me da en la cara.  Otra vez olvidé cerrar las cortinas antes de acostarme.  <¡Demonios! no quería levantarme aún.  ¡Me lleva! se me olvidaba la recochina fiesta.>  De repente escucho tu voz acelerada y apurada.

-¡Cariño, ya levántate que hay mucho qué hacer!  Acuérdate que tu mamá invitó a sus amigas y a todas tus tías.  ¡Ya te serví el desayuno! ¡Bájate ya!
-Ya voy amor... ya voy- Me levantaré, pero me da igual que venga el papa, a mí no me van a estresar con sus planes fufurufos.  Estoy hasta el gorro de esto ¿el gorro? ¡Me lleva, ya lo aplasté!
-¡Dulce! ¡amor! ¿dónde están los gorros? este ya se desgració...
    Subes corriendo, con tus ojitos tan grandotes y tu boquita colorada me dices:

-Alfredo, ya me cansé de que te estés haciendo pato; te dije que vienen las amigas de tu mamá y tus tías, y yo invité a Lola y Margarita que siempre nos invitan a sus fiestas; a Lupita que está triste y quiero que se distraiga, a Ale, que no sé por qué, anda rarita con Fabi; así que también a ellas dos las invité; vienen Gema y Martha, de segurito traen a Jorge, a ver si ahora sí te portas amable con él, no que siempre andas todo amargado.

   

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